¡Hola acompañantes de viaje!
Gracias por ser parte de las menos de setenta personas que se han subido en este tren desde la estación de salida. Tu apoyo me anima para ir alimentando el fogón de la locomotora y que más personas puedan unirse en cada parada. Gracias.
Hace unas semanas me hicieron una muy buena pregunta en una entrevista sobre robótica educativa. ¿Qué hacemos mejor y peor que un robot? Respondí con algunos ejemplos que me vinieron a la mente sobre lo que hacemos mejor que un robot, pero si lo pienso bien todas esas cosas tienen que ver con la creatividad, así que pienso que es un buen punto de partida en este viaje. ¡Empecemos!
¿Qué significa tener creatividad?
Me considero una persona muy creativa, pero cuando era niño no tenía tan claro este concepto y con mis hijos veo que lo que el significado que se transmite no ha cambiado demasiado en la escuela de hoy en día.
Observa las imágenes que devuelve Google si haces una búsqueda de la palabra “creatividad”. Desde bien pequeños hacen que asociemos creatividad con expresión artística por lo que es bastante fácil que un niño que no tenga una especial habilidad dibujando o haciendo manualidades, como era mi caso, pueda pensar que no es especialmente creativo.
Otra idea equivocada que se instala en la mente de la mayoría de niños es que para tener creatividad hay que pensar en construir cosas completamente nuevas o tener ideas que no ha tenido nunca nadie antes.
Estas asociaciones erróneas se van construyendo en el colegio porque se sigue utilizando un sistema que ya no es válido y es sobre lo que quiero llamar tu atención hoy para que pensemos de qué manera podemos ayudar a nuestros hijos a ser creativos, una habilidad que será más necesaria que nunca a partir de ahora.
La vieja escuela
Por un momento te invito a reflexionar sobre la escuela actual, año 2022.
Tengo dos hijos que están en secundaria, uno de ellos terminando en lo que ha sido su etapa de educación obligatoria. Ya sé que es un derecho, pero también una obligación, no lo olvidemos.
Lleva casi una década, prácticamente toda su vida consciente, asistiendo a un aula, organizada por edades y niveles, en la que ha tenido que aprender las mismas cosas que el resto de sus compañeros en el mismo momento exacto y al mismo ritmo… siete horas al día, cinco días por semana. Así es la vieja escuela. Piénsalo un minuto por favor… ¿de verdad que no te parece absurdo?
Creo que todos entendemos que este sistema fue creado con un objetivo muy claro en una época muy diferente a la que vivimos hoy en día. Ya no necesitamos trabajadores obedientes que sean capaces de seguir reglas sin rechistar, sino personas creativas que “hagan cosas”. Inventores, creadores, innovadores… llámalos como quieras, pero deben poder diseñar su propio camino. ¿No es eso lo que queremos para nuestros hijos?
Afortunadamente el sistema educativo va a cambiar porque ya ha empezado a derrumbarse. El conocimiento se ha acelerado y el viejo método solo ha sabido responder proporcionalmente pero sin cambiar el sistema por lo que el currículum de conocimientos y competencias aumenta en cada reforma, los profesores se estresan y viven en la ansiedad continua y los alumnos son incapaces de retener todo lo que se les presenta. El viejo sistema educativo está colapsando.
Evidentemente esta situación no ayuda al aprendizaje, pero la frustración de los padres es que vemos que la escuela tradicional no está preparando a nuestros hijos para un futuro incierto que nadie conoce. ¿Qué parte de su educación les será de utilidad en la vida?
¿Qué podemos hacer?
Hoy somos realmente conscientes de que no tenemos ni idea del futuro más próximo, entonces me pregunto para qué sirve enseñar siguiendo un currículum tan definido. No veo tan importante lo que aprenden, sino cómo lo aprenden porque lo más valioso que pueden llevarse los niños del colegio es aprender a enseñarse a ellos mismos.
Quizá deberíamos enfocarnos en que los adolescentes sean capaces de seguir aprendiendo por sí mismos cuando abandonen una forma de aprendizaje completamente dirigida como la actual y para ellos es fundamental mantener la curiosidad e identificar tanto lo que les apasiona como las habilidades en las que son buenos, y por supuesto ser creativos.
Es en este punto es donde quiero volver al principio, porque la creatividad es básica y tenemos que ayudar a nuestros hijos a cambiar la percepción que tienen por su experiencia en la escuela.
La creatividad se aplica a todas las áreas más allá del arte y no podemos permitir que nuestros hijos piensen que no son creativos por no dibujar bien. Lo mismo si no dan con la nueva idea feliz que va a revolucionar el mundo.
Los niños pueden ser creativos si analizamos cómo abordan un problema, cómo utilizan el sentido del humor, cómo conectan ideas para interiorizarlas, cómo se comunican con los demás, cómo participan en el juego libre o cómo viven las aventuras espontáneas que se les ocurren.
Y por supuesto “está permitido” ser creativo reutilizando, conectando y mezclando ideas que han tenido otros anteriormente y no solo cuando se les ocurren ideas completamente nuevas.
Deberíamos cuidar esto porque los niños que se auto convencen de que no son creativos tienden precisamente a evitar el proceso creativo, por eso es tan importante cambiar el concepto de creatividad que se les está transmitiendo desde pequeños.
En cada episodio del podcast de Juegos Robótica arranco con la frase “para que se conviertan en creadores y no en meros consumidores” porque creo firmemente en una generación de creadores que gracias a su creatividad y capacidad de “enseñarse a sí mismos” puedan sentirse cómodos sea cual sea el futuro.
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz
Mucho ánimo en esta nueva etapa. Como siempre, un contenido de calidad, claro y certero.
Espero poder seguir leyéndote frecuentemente.
Un saludo y enhorabuena por tu importante labor