Viaje a Sindesia #10 ¿A qué llamamos aprendizaje?
El otro día escuché una entrevista a un experto en aprendizaje que citaba la evocación como una de las mejores técnicas para aprender.
En ese momento me di cuenta, después de media hora de entrevista, que el aprendizaje al que se debía estar refiriendo no tenía que ver con lo que para mí es aprendizaje. Aunque el experto es él.
La técnica de evocación sirve para ser capaces de recuperar información de nuestra memoria y cuanto más a menudo intentamos recuperar esa información es más fácil obtenerla.
Los estudiantes que comprenden esta técnica son capaces de aprobar un examen de memorización sin problemas, a pesar de no haber aprendido nada (bajo mi definición del aprendizaje).
Memoria o aprendizaje.
Con suficiente repetición y evocación, una persona podría saber de memoria cómo interpretar algunas canciones en un piano.
Sin embargo, para aprender a tocar el piano hace falta algo más que memoria… lógicamente.
La definición de aprendizaje que veo más adecuada es aquella que tiene que ver con la experimentación, la vivencia, la reflexión y el pensamiento crítico.
¿Para qué me va a servir esto?
Me parece que un niño que pregunte a su profesor sobre la finalidad de lo que le están haciendo “aprender” es ciertamente un niño que quiere aprender.
Un profesor experimentado debería poder explicar en ese momento para qué puede servir aquello que están trabajando, normalmente a través de un ejemplo completamente práctico.
Pero en demasiadas ocasiones no se ofrece respuesta a esa pregunta, por lo que los niños menos críticos que mejor adoptan el acto de fe que se les propone son a veces los que obtienen mejores calificaciones.
Sería interesante hacer un experimento premiando la curiosidad de los niños.
Susanita ha preguntado treinta veces “por qué” este mes y ha cuestionado la utilidad de los contenidos que se le han presentado en veinticuatro ocasiones. ¡Matrícula de honor!
Pero no. En vez de eso, a Susanita le tocará la etiqueta de “problemática” por no dejar de interrumpir con preguntas. Además, es muy probable que no tenga motivación por esforzarse en lo que se le presenta porque no comparte que aquello sea importante, por lo que tendrá fracaso escolar.
¿Qué se puede hacer para ayudar a Susanita?
Alguien debe decirle que su curiosidad y pensamiento crítico es algo maravilloso que le hará crecer y aprender toda la vida a pesar de lo que le puedan decir en el colegio.
Probablemente haya que proponer que participe en un juego en el que se premia a quién menos pregunte “por qué” y que solo en casa intente averiguar para qué le servirá lo que está trabajando.
Sería bueno decirle que siga los consejos del experto y utilice la técnica de la evocación para memorizar conceptos y “hackear” los exámenes. Es parte del juego.
Hacerle ver que la propia experiencia del colegio, con sus luces y sus sombras, forman parte del aprendizaje, porque todas las experiencias construyen aprendizaje.
Pero nada de eso puede funcionar si no ayudamos a que de verdad pueda florecer y aprender fuera de la escuela siguiendo sus propias inquietudes.
Cuando los niños ven oscuridad en el colegio es difícil que nos permitan iluminar desde dentro para ayudar, pero si generamos suficiente luz desde fuera es posible que algunos rayos consigan penetrar en lo más profundo.
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz