Viaje a Sindesia #23 Economía de escala.
Me gustó que por fin un educador, catedrático, introdujera el término “escala” para referirse a eficiencia en educación.
En esta entrevista publicada dentro del espacio Eduhacking, Antonio Bartolomé habla de ciertas pruebas que han llevado a cabo en educación superior en la que han conseguido dar libertad a los estudiantes sobre lo que quieren aprender y con qué grado de dificultad quieren hacerlo.
El educador, en este caso, debe aconsejar al estudiante sobre la idoneidad de sus elecciones y una vez consensuadas debe facilitar su aprendizaje y evaluar la adquisición de los contenidos y habilidades escogidas.
Es una manera de personalizar de manera individual la enseñanza con tanto detalle que José Luis Serrano, el entrevistador, se pregunta cómo es posible sacar tiempo para hacer ese tipo de planteamientos tan personalizados.
El sistema escolar: un problema de escala.
Es curioso que muchos docentes y “expertos educativos” piensen que una reducción del número de alumnos por cada aula y profesor puede mejorar la calidad del aprendizaje, mientras otras personas tenemos una visión más tecnológica en la que la escala del sistema escolar solo puede verse como una ventaja.
Evidentemente esto es así gracias a la tecnología, pero hay que aplicarla bien.
Antonio explica en la entrevista que para facilitar el sistema de propuesta personalizada juntaron tres grupos de alumnos en uno único con tres profesores, precisamente para aprovechar las ventajas de escala.
Por otro lado señala el uso concreto de la tecnología que les permitió un ahorro de tiempo considerable no solo en el planteamiento de las actividades concretas, sino también en la evaluación de cada alumno.
El resultado sorprenderá a algunos, pero el resumen es que es mucho más eficiente trabajar con grandes grupos.
A otros no nos sorprende, ni tampoco que se apoyen en toda la información y recursos disponibles en internet para facilitar el aprendizaje de los alumnos.
El aprendizaje auto regulado.
La personalización de la propuesta educativa de este tipo de “experimentos” viene originado por lo que Antonio denomina aprendizaje auto regulado, que no deja de ser algo parecido a lo que siempre se ha llamado aprendizaje auto dirigido con la salvedad de que se engloba en una propuesta reglada dentro de la Universidad.
Lo que se pretende es que un alumno, a pesar de haber elegido ya una carrera concreta, pueda escoger al detalle qué contenidos son de su interés y cuáles no. Incluso con qué “intensidad” o qué peso quiere que esos contenidos tengan durante su aprendizaje.
Aunque en la entrevista no se llegara a plantear esta cuestión me atrevo a pensar que el aprendizaje de ese grupo que pudo escoger lo que quería aprender fue mucho más profundo que el de aquellos que no gozan de esa libertad.
Quizá también ayudase a ser más eficiente que únicamente los alumnos que habían mostrado interés en una actividad eran lo que tenían que hacerla y que el docente solo tenía que evaluar a esas mismas personas.
Parece demasiado bonito, ¿verdad?
Pues no hay truco, es así de bonito.
Tenemos la oportunidad de aprovechar la tecnología en uno de los sistemas de escala más claros que existen de manera que puede liberar a los profesores para que puedan convertirse en facilitadores del aprendizaje personalizado que todos necesitamos.
Tecnología para ayudar a cientos de miles de alumnos, docentes y personal de administración. Personal humano para ayudar a cientos de miles de alumnos de manera individualizada.
¿Qué intereses esconden los que no quieren avanzar en ir introduciendo este enfoque?
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz