Viaje a Sindesia #26 No eres especial.
En el pasado los círculos sociales en los que una persona se podía comparar con sus iguales era relativamente pequeño.
Sentirse especial estaba al alcance de casi cualquiera dentro de un pueblo y si no era suficiente solo tenía que irse de allí para salirse de normal y ser visto de manera diferente al volver.
Sin embargo, el grupo de iguales con el que poder comparase ha crecido exponencialmente con internet y las redes sociales.
¿Pueden entender los niños que la realidad distorsionada que ven tiene que ver con el tamaño de la muestra?
Demasiada gente especial
Internet nos expone tanto talento y tan filtrado que es extremadamente sencillo encontrar excepcionalidades. Sin quererlo nos saltan a la pantalla cada día y son tantos que voy a centrarme únicamente en ejemplos que tienen que ver con la música.
Al parecer uno de los mejores baterías del mundo por capacidades vive cerca de mí y llevo meses disfrutando de sus versiones de algunas canciones. Es divertido ver cómo le adoran desde el mundo anglosajón, aunque evidentemente él no necesita ningún tipo de validación.
En una entrevista dijo que no se considera especial, que cualquiera puede hacer lo que él hace si le dedica el tiempo que él le dedica.
Curiosamente algo parecido dijo Bruce Lee que se consideraba a sí mismo el mejor artista marcial del mundo, pero decía que cualquiera podía serlo si entrenaba como él.
Los dos mienten. Seguramente por ignorancia, no por maldad.
Veamos gente más joven que no ha tenido tiempo material en su vida para practicar las 10000 horas que se suponen necesarias para dominar una disciplina.
Nandi Bushell me aparece como sugerencia en Youtube en un reto que suelen hacer en Drumeo, un canal especializado en batería. Le dan a escuchar a una persona una canción que no conoce sin la pista de percusión y después de unos minutos deben realizar su versión.
Nandi hace esto con We’re not gonna take it de Twisted Sister.
Nunca había escuchado esa canción porque tiene 13 años.
Podemos retroceder aún más en su canal de Youtube y ver que con 11 años ya había tocado en directo con Foo Fighters y otras experiencias bastante impresionantes.
Quizá algún día Nandi nos diga que cualquiera practicando mucho puede hacer lo que ella hace, pero es mentira.
Karolina Protsenko aprendió a tocar el violín siguiendo el método Suzuki y desde que tenía 9 años hace actuaciones al aire libre en plena calle.
Unos meses antes, con 8 años, ya había iniciado un canal de Youtube que hoy cuenta con más de 8 millones de suscriptores.
Yo no sé diferenciar una buena violinista de alguien excepcional, pero las cifras abruman.
De nuevo, no creo que cualquiera que siga el método Suzuki vaya a conseguir la maestría de Karolina.
¿Son nuestros hijos especiales?
Estadísticamente nuestros hijos no son excepcionales, pero el iceberg al que están expuestos es tan grande que la punta visible les muestra una cantidad enorme de personas que no son normales y con los que no deberían compararse, pero que para ellos puede parecer “la normalidad”.
Entender esta situación es vital tanto para niños como para adultos, la diferencia es que en el caso de los niños es nuestra responsabilidad que entiendan la realidad en la que viven.
La campana de distribución de Gauss se llama “distribución normal” porque lo normal es que la mayoría estemos muy cercanos al promedio en cualquier cosa que se mida y solo unos pocos destacan por exceso o por defecto, solo unos pocos son excepcionales.
De hecho es la curva de la normalidad.
Quizá algún día se ponga el foco en el autoconocimiento de los niños dentro de las escuelas y vean por primera vez una campana de Gauss para algo realmente práctico que afecta directamente en la psicología de las personas.
Pero desgraciadamente aún no hemos llegado a Sindesia por lo que solo nosotros podemos explicar este tipo de cuestiones a nuestros hijos.
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz