Viaje a Sindesia #28 ¿Qué nos mueve a querer acercar la programación a los niños?
El cuerpo principal de esta entrada se nutre del episodio 31 del podcast de Tecnodemia titulado “Es mejor no proyectarnos en nuestros hijos” que vuelve a mi mente por razones que te explico al final.
Demasiadas veces proyectamos en nuestros hijos nuestros anhelos de infancia y juventud o queremos llevarles por el camino que nos dejó una huella a través de alguna actividad o hobby. Aquí resumo lo que me dejó huella a mí.
Nací en los 70 y fui niño de los 80. Los juguetes electrónicos empezaban a ser accesibles para muchas familias y me regalaban maravillas como "Simon" o "Hundir la flota por computador". Tuve la suerte de tener unos padres a los que no les importó que nada más recibir ese tipo de juguetes relativamente caros me pusiera a desmontarlos y curiosear para ver lo que había dentro.
Con ayuda de revistas de electrónica y algunos libros yo podía entender casi todo, menos un integrado negro donde acababan todas las pistas de la placa electrónica. ¿Qué pasaba dentro del microcontrolador?
Mis padres quisieron apuntarme a música, pero yo lo rechazaba por activa y por pasiva, aunque al deporte no pude decir que no.
Cuando tuve que elegir qué estudiar yo no tenía ninguna duda y acabé siendo electrónico industrial y me especialicé en automática y control.
Ahora entendía los microcontroladores. Yo mismo podía fabricar un artesanal "Simon" o un "Hundir la flota por computador".
Después de casi 20 años programando instalaciones automáticas y robots en el sector industrial tuve un nuevo despertar al intentar poner a mis hijos en contacto con lo que a mí me apasionaba de niño a través de algunas extraescolares de robótica pero a día de hoy puedo decir que no les apasiona este mundo.
No sé si fue la poca calidad de las extraescolares o que directamente no les gustaban esos temas, o seguramente ambas cosas. La cuestión es que ese contacto hizo que cambiara mi rumbo hace muchos años y me empezara a enfocar en la programación y la robótica en educación.
Y aquí viene el asunto… yo me proyecté en mis hijos intentando que les gustara la tecnología porque a mí me gustaba y puede que mis padres insistieran en que estudiara música por algún motivo similar, pero no funciona así.
Pongo de ejemplo a mis padres en esa insistencia poco acertada, pero sin embargo les agradezco enormemente que permitieran que yo desarrollara mis propias inquietudes comprando revistas de programación y electrónica o haciendo un gran esfuerzo económico para que en casa entrara uno de los primeros ordenadores personales, que en mi caso fue un Amstrad CPC 6128 y más tarde un IBM PS/1.
Mi historia no es particular y la veo mucho en padres y madres de alumnos de Tecnodemia o en docentes y padres dentro de la comunidad de Juegos Robótica, por eso identifico el mismo intento de proyección que yo hice con mis hijos.
Con esto no te quiero desanimar si tienes ese perfil, pero no tengas ilusión en que tu hijo o tu hija experimente lo mismo que tú, simplemente dale la opción y ten previsto que lo más probable es que no le impacte de la manera que te impactó a ti.
Creo que es bueno que todos los niños y niñas tengan contacto con la programación y la robótica, pero ya me entiendes, sin forzar ni crearse unas expectativas generadas por nuestra propia infancia.
El libro The Charisma Machine explica esto mismo pero a gran escala trasladado a propuestas educativas tecnológicas globales que fracasan porque se intenta generalizar un sentimiento que no es general y pone como base el fracaso del proyecto One Laptop per Child impulsado por Nicholas Negroponte.
Espero haberte hecho reflexionar sobre los motivos que te llevan a querer acercar la tecnología a tus hijos. ¿Es por ellos o es por ti?
Guíame Nicholas
¿Y por qué vuelve a mi recuerdo este episodio del podcast después de tanto tiempo? Las increíbles casualidades de la vida me han llevado a ser parte de un proyecto casi tan ambicioso como el de Negroponte 20 años después.
No se trata de escribir en un blog o de transmitir mis ideas a quienes participan en mis proyectos… es mucho más que eso. La educación tecnológica recibida por cientos de miles de niños puede verse afectada por mis propios sesgos y sentimientos y me pregunto muchas cosas.
¿Habrá leído Negroponte el libro The Charisma Machine? ¿Cuál es su versión de la historia y qué lectura hace del proyecto One Laptop per Child 20 años después?
La verdad es que intentarlo ya fue un éxito y quizá el fracaso hubiera sido quedarse de brazos cruzados, ¿no crees?
Negroponte llegó a Sindesia mucho antes de lo que llegaremos los demás, ojalá me guíe con su experiencia para poder ayudar de la mejor manera posible en esta nueva iniciativa educativa global en la que tengo la suerte de participar a partir de ahora.
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz