El mundo cambia cada día casi sin darnos cuenta. Décadas después se convierte en historia de la humanidad. ¿Acaso no es historia también mientras sucede?
En las últimas semanas se ha vuelto a hablar de qué países tienen cabezas nucleares y cuántas son en total, lo que despertó el interés de mi hijo sobre algo de lo que no era consciente.
Entender lo que fue la guerra fría después de la Segunda Guerra Mundial no es sencillo para un niño de doce años y estuvimos conversando mucho sobre el tema durante un par de semanas.
Aunque era difícil trasladar su mente del siglo XXI a la situación en los años 80 con la película Juegos de Guerra pareció entender mejor lo que significaba que en caso de conflicto nuclear nadie “gana”.
La historia también es lo que pasa mientras vives
Yo tenía trece años cuando cayó el Muro de Berlín y quince cuando se disolvió la URSS, sin embargo no recuerdo estar analizando lo que estaba sucediendo en clase, aunque estaba claro que posteriormente sería estudiado como “historia”.
¿Qué cambios se están produciendo ahora mismo que formarán parte de la historia?
Uno de los cambios más evidentes los está provocando desde hace tiempo la posibilidad de que todos estemos conectados a través de Internet. La manera de comprar, los canales que utilizamos para entretenernos o para informarnos, el acceso a la información y, por supuesto, cómo aprendemos.
Aunque bueno, parece que el sistema sigue mostrando cierta resistencia a cambiar el modelo de aprendizaje tradicional, algo que evidentemente tiene que cambiar.
No son solo las instituciones, en general también muchas personas son escépticas con la educación online. Creo que esto puede ocurrir porque asocian el enfoque en línea como algo “enlatado” y alejado de un contexto “humano”. Ven solamente parte de un sistema de aprendizaje asíncrono.
En un sistema asíncrono el estudiante puede consultar contenidos a demanda en el momento que quiera o pueda. Suele ser muy valioso para personas ocupadas porque permite aprovechar el tiempo dedicado. No hablamos únicamente de vídeos grabados, sino también de actividades con autoevaluación o aplicaciones que proporcionan experiencias de aprendizaje, pero sin la necesidad de que otra persona esté conectada a la vez.
En estos momentos están surgiendo propuestas de aprendizaje asíncrono con ayuda de realidad aumentada, virtual y mixta que están demostrando proporcionar un aprendizaje real experiencial inalcanzable de otra manera.
Cuando se habla de aprendizaje síncrono la comunidad educativa suele ser menos crítica porque tienen la visión clásica en la que un maestro se dirige a un grupo de alumnos. Se sienten cómodos cuando se traslada lo presencial a lo virtual y replican el sistema en una sala de videoconferencias. El profesor habla, los niños callan y escuchan.
Sin embargo las oportunidades que nos ofrece la experiencia online síncrona en educación tiene su mayor potencial en el aprendizaje cooperativo. Los estudiantes pueden utilizar las nuevas tecnologías para resolver problemas juntos, debatir sobre cualquier tema o decidir qué quieren aprender y colaborar en la investigación de esos temas. No, no tiene por qué haber un profesor o al menos no la figura que tenemos en mente.
Educación a medida desde casa
Estoy muy pendiente de todos los estudios y nuevas propuestas en relación a la educación online porque me parece apasionante poder ser consciente de este cambio histórico mientras se produce.
Por otro lado, me estoy integrando en comunidades de familias con homeschoolers que agradecen y valoran “la buena educación online”. Sinceramente creo que son unos adelantados, son los early adopters de una manera de aprender que será “lo normal” dentro de no muchas décadas.
¿Todo el aprendizaje debe ocurrir online? Por supuesto que no, ese no es el objetivo.
Lo poderoso es poder pasar de una dedicación de 7 horas al día de manera presencial a quizá un par de horas con este tipo de experiencias de aprendizaje online, tanto síncronas como asíncronas. De esa manera queda mucho más tiempo para el propio descubrimiento y exploración no dirigida basado en sus propios intereses y potencialidades, que puede ser online o no.
De hecho, se tiende a pensar que uno de los “peligros” de los homeschoolers es que no tienen oportunidad de sociabilizar. Esto es un mito, ya que lo hacen continuamente a través de comunidades en actividades grupales, tanto online como presenciales y con su propia familia, amigos o entorno cercano. Pero es que, además, disponen de mucho más tiempo para hacerlo que los niños escolarizados.
Ahora vemos estas herramientas educativas online como un “complemento” a la educación reglada, pero quienes comprueban que ese complemento aporta a sus hijos más que toda la parte presencial se plantean unirse a un movimiento homeschooling creciente e imparable.
Está ocurriendo ahora, pero no hay que tener prisa. De momento prueba a complementar de esa manera y experimenta, no esperes a que aparezca en los libros de historia.
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz