Viaje a Sindesia #8 ¿Qué se quiere aprender?
Gran parte de nuestra vida disfrutamos de bienestar por encima de algunas preocupaciones, incluso muchas veces estamos en momentos muy positivos. Sin embargo, solo solemos ser conscientes de nuestro presente cuando estamos en dificultades.
Uno de los beneficios de la reflexión interna “programada” es que nos permite “darnos cuenta” de que en general estamos bien.
La práctica de la meditación, el Mindfullness, los paseos para hablar con nosotros mismos o cualquier otra técnica tiene su éxito en el autoconocimiento porque son un hábito.
Simplemente programando una alarma a la hora que quieras del día que te obligue a parar cinco minutos y reflexionar sobre tu presente te hará darte cuenta de la cantidad de tiempo que pasas “estando bien”.
Beneficios de poder decidir
En esa reflexión diaria veo que conforme pasa el tiempo me siento mejor y la evaluación de cada día es cada vez más positiva que la de hace una semana, un mes o un año.
¿Por qué es así? ¿Cuál es el origen de todo esto?
En mi caso, no hay duda de que el momento de inflexión fue cuando dejé mi trabajo por cuenta ajena para empezar a caminar en solitario.
Tener libertad de horario y estar enfocado continuamente en lo que tiene sentido para mí hace que me sienta mejor. Soy yo el que decide lo que debo aprender para mejorar o con qué personas me gustaría colaborar.
Y aquí es donde empiezo a ver paralelismos entre la escuela y un trabajo remunerado.
Seguramente para muchos niños el mejor sistema educativo sea el escolar y aún para más personas es más adecuado un trabajo por cuenta ajena que lanzarse a emprender. Sin embargo, muchos niños tendrían más beneficios en entornos alternativos de aprendizaje y lo mismo con personas adultas intentando obtener ingresos sin depender de un empleador.
La ventaja está en poder decidir. El hecho de que una persona pueda elegir qué quiere aprender o en qué se quiere enfocar y ser dueña de sus propias decisiones es lo que da energía y motivación, realmente ahí está la diferencia.
Suma el tiempo que dedicas en un trabajo por cuenta ajena en el que otros deciden lo que tienes que hacer. Ahora piensa qué podrías conseguir si todo ese tiempo lo pudieras utilizar libremente decidiendo tú lo que tienes que hacer.
El colegio no es diferente. Suma horas, días, meses y años (diez años asistiendo obligatoriamente al colegio).¿Qué puede aprender un niño en todo ese tiempo si se le deja elegir lo que quiere aprender?
Qué voy viendo en la educación autodirigida
Apenas estoy empezando a conocer esta alternativa educativa gracias a una formación para facilitadores de la mano de GalileoXP, porque yo mismo estoy también en ese proceso continuo de aprendizaje autodirigido y es el que quiero ofrecer en Tecnodemia
Es increíble observar la motivación por aprender de los adolescentes dentro del programa de GalileoXP, pero tiene todo el sentido si suponemos que están enfocados en lo que ellos han decidido aprender.
No se trata de las horas que pasan investigando y aprendiendo, sino de cómo las aprovechan y el efecto profundo que esos aprendizajes tienen en el desarrollo de los niños.
Un emprendedor tiene esa misma pasión porque está construyendo algo que ha decidido por sí mismo. Sus horas de trabajo tienen mayor impacto que trabajando siguiendo las decisiones de otros.
A las familias que abandonan el sistema escolar tradicional se les suele preguntar cómo valoran que sus hijos no socialicen con otros niños, con sus iguales.
A mí también me han preguntado si no echo de menos socializar con mis compañeros de trabajo.
¿De verdad alguien cree que toda la vida social está en el colegio o en el trabajo? Familia, vecinos, extraescolares, actividades deportivas o culturales, viajes, asociaciones y mil cosas más son ejemplos de la extensa vida social que se puede disfrutar.
Pero incluso en el ámbito educativo, un niño en educación autodirigida socializa con compañeros de todo el mundo que tienen interés por aprender lo mismo que él. Crean un vínculo especial llegando a veces a compartir aprendizaje cooperativo.
Buenas noticias
Vemos con admiración a las familias que han tenido el arrojo de optar por métodos alternativos para la educación de sus hijos. A veces empezamos a conocer “otras opciones” cuando nuestros hijos ya están escolarizados y nos parece imposible cambiar.
De manera similar, parece imposible que podamos “escapar” de un trabajo para construir algo con lo que generar ingresos propios.
La buena noticia es que no hace falta saltar al vacío. Se pueden tender puentes con los que transitar de un punto a otro.
Es más seguro empezar a trabajar en un negocio propio en las horas libres mientras seguimos recibiendo ingresos por un trabajo remunerado por cuenta ajena. Esa seguridad puede ser parte fundamental del éxito en un emprendimiento.
Si no se puede evitar la escolarización tradicional, no hay razón para no proporcionar a los niños experiencias de aprendizaje fuera del colegio. Y en este caso, qué mejor nada mejor que animar a que sean ellos los que elijan qué quieren aprender.
Es triste, pero acostumbrados al sistema reglado les suele abrumar esa libertad de elección y pueden bloquearse.
Es momento entonces de apoyarles para que se sientan seguros tomando una de las decisiones más importantes en la vida: ¿Qué se quiere aprender?
Te espero en la siguiente parada de este viaje a Sindesia.
Dani Sanz